La palabra 'adicción' es un término antiguo que significa simplemente ser devoto o estar habituado a una práctica. Las personas que dicen ser 'adictas' a la cafeína emplean el término sin otras connotaciones, lo mismo que si dijeran que son 'adictos' al chocolate, a correr, a trabajar o a ver televisión.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, 'No existe ningún tipo de evidencia que indique que el uso de la cafeína sea ni remotamente comparable a las consecuencias físicas y sociales que se asocian con la adicción a las drogas peligrosas.' Algunos individuos extremadamente sensibles pueden experimentar efectos leves, aunque temporales, como por ejemplo, dolores de cabeza, ansiedad e irritabilidad cuando alteran su consumo diario de manera rápida y sustancial. Los expertos médicos coinciden en afirmar que cualquier trastorno causado por la suspensión repentina del consumo de la cafeína puede evitarse disminuyendo progresivamente su consumo a lo largo de varios días.